Soy María, una de las fundadoras de OpinPro.
Mi viaje personal con las capacitaciones online estuvo lleno de aprendizajes, y hoy quiero desvelarte algunos de ellos.
En este artículo quiero contarte todo lo que me dejaron las capacitaciones online más allá del contenido, lo que nadie te dice antes de inscribirte y que muchas veces es lo que más valor aporta a tu crecimiento personal y profesional.
1. Aprendí a gestionar mi tiempo como nunca antes
Uno de los primeros desafíos fue la autonomía. Yo soy abogada y estaba acostumbrada a las materias con horarios y largas horas de cursada. No tener un horario fijo fue un desafío para mi y me obligó a organizarme mejor, a establecer rutinas y cumplirlas. Las capacitaciones online te exigen disciplina, aunque el contenido esté a un clic.
Me pasó con uno de las primeras capacitaciones online que hice hace unos años. Me anoté súper motivada en un curso de inglés con clases de dos horas, ¡tres veces por semana! ¿El detalle? En ese momento tenía un hijo de 4 años y otro recién nacido. ¡Imagínate el nivel de inglés que terminé manejando! Claro que no fue culpa del curso, sino de que falté a casi todas las clases…
Antes de anotarte en una capacitación online, mi consejo es que te fijes cuántas horas requiere y si se ajusta a tu rutina. Subestimar la carga horaria es un error muy común y muchas veces terminamos haciendo la formación por la mitad, debido a la imposibilidad de incluirlo en nuestros horarios.
2. Me enfrenté a la frustración (y aprendí a superarla)
En muchos momentos no entendía algo y no tenía un profesor al lado para preguntarle. Aprendí a buscar respuestas, a ser paciente y a tolerar no saber todo de inmediato. Es una habilidad que hoy valoro y utilizo muchísimo. La frustración es parte del proceso. Aprender a transitarla te prepara mejor para cualquier trabajo, emprendimiento o desafío personal.
También me pasó con un curso en línea de fotografía: empecé muy entusiasmada con mi cámara nueva, pero a medida que avanzaba, entendía cada vez menos. ¡El vocabulario técnico era otro idioma! Y encima me di cuenta de que mirar los videos de las las clases no alcanzaba: había que practicar a diario.
Mis primeras fotos fueron un desastre, pero aprendí a tener paciencia y a no apurar el proceso. ¡Todo lleva su tiempo, incluso sacar una buena foto!
3. Desarrollé pensamiento crítico
Al no estar en un entorno tradicional, empecé a cuestionar lo que aprendía. Comparaba recursos, buscaba otras fuentes, contrastaba opiniones. Dejé de estudiar “de memoria”, o lo que dice en los libros y comencé a aprender con más profundidad.
Así fue como una abogada súper racional terminó interesándose por temas como mentalidad positiva, hábitos saludables y manifestación. Hoy, esas herramientas que antes me parecían místicas, son clave en mi camino como emprendedora. Cada vez que tengo la oportunidad -y el tiempo- me apunto a capacitaciones online de estas temáticas, para no perder el foco y estar siempre motivada.
4. Me conecté con una comunidad que no esperaba
Pensé que sería un camino solitario el de los cursos en línea, pero encontré el maravilloso mundo de los grupos de Telegram, Discord y WhatsApp, donde muchos compañeros respondemos dudas y hasta nos damos ánimo en situaciones difíciles. Hemos llegado a hacer videollamadas entre los compañeros para hablar de algunos aspectos difíciles del curso.
De a poco fuimos formando una comunidad, y lo mejor de todo fue conocer personas increíbles. Algunas viven cerca, otras en la otra punta del mundo, pero con todas comparto intereses, ganas de crecer y hasta puedo decir que he hecho algunas muy buenas amigas.
La educación en línea también crea lazos, aunque de una forma distinta. Recuerdo especialmente un curso de Amazon FBA donde conocí tanta gente generosa, con ganas de compartir y ayudar, que terminó siendo un antes y un después en mi vida.
No, no me volví millonaria vendiendo en Amazon (como lo prometía el «gurú»), pero encontré una red de personas con las que todavía hoy sigo en contacto. Cada uno va por su camino, pero siempre estamos ahí, apoyándonos con buena energía.
5. Valoré aún más las buenas plataformas y formadores
Después de varias capacitaciones online decepcionantes, aprendí a reconocer un buen curso en línea antes de pagarlo. Empecé a buscar alumnos que hayan hecho el curso de ese mentor antes, mirar sus videos en YouTube, escuchar su Podcast y -si ya casi estoy convencida de comprarlo- contrastar precios con el valor real que aportará a mi vida.
Ahora mismo estoy en esa primera etapa de exploración. Estoy escuchando todos los episodios del podcast de un Instituto de Pensamiento Positivo, ¡y no puedo parar! Las entrevistas son tan interesantes que ya empecé a anotar las fechas de sus capacitaciones online gratuitas.
La idea es esa: probar, ver si realmente me suma, y si todo encaja, lanzarme a hacer el Máster que ofrecen. Paso a paso, pero con muchas ganas.
Tip: Antes de pagar por un curso, revisa reseñas reales de otros usuarios. Plataformas como OpinPro te ayudan a evitar decepciones o malas decisiones.
Pensamiento final:
Como habrán notado, soy una gran consumidora de capacitaciones online. He hecho de todo un poco, y aprendí que todos suman algo. Las capacitaciones buenas te dan herramientas y conocimiento técnico para avanzar en tu camino al éxito personal y/o profesional.
Pero un curso que no cumple lo prometido puede enseñarte a gestionar la frustración, a no depender de un mentor ausente y a ser más proactivo. A veces no aprendes lo que esperabas, pero sí ganas ojo crítico y herramientas para tomar mejores decisiones a futuro.
Y lo más lindo: muchas veces, en esos contextos, se crea comunidad. Nos unimos entre los que estamos igual de perdidos o frustrados, nos ayudamos, compartimos información, nos motivamos. Ese apoyo entre pares vale oro, y en muchos casos, termina siendo lo mejor del curso.
Una de mis frases de preferidas es: «o gano o aprendo«, hasta de los tropiezos salen aprendizajes. Y a veces, lo que parecía una mala inversión, se convierte en un paso clave para crecer con más claridad y confianza.
Así que si estás por empezar una capacitación online, te dejo esto: el verdadero aprendizaje no está solo en los módulos… también está en todo lo que vivís, sentís y descubrís en el camino.
